Al 21 le despedí bailando, me miraba de frente, dañado, sabiendo que trajo el dolor que conocía de otros tiempos, me vestí para festejar su partida y para que el 22 me viese preparada para darle a mi vida la fuerza que necesitan los supervivientes.
El 22 también me ha enseñado los dientes, unas veces para sonreírme y otras para recordarme que sabe morder, lo hizo, también fuerte pero no determinantemente, hemos bailado desde el primer minuto, el desequilibrio de la cordura me pilló en tacones, borracha y casi feliz.
Mañana, noche vieja me voy a vestir para que me desnuden.
23 …espero que sí me vas a joder lo hagas bien y si en algún momento quieres quererme lo hagas como si fuese la última vez, vamos a ver cómo te bailo corazón!!