Te has acostumbrado a vivir con tu sombra, la que se arrastra, se esconde o se alarga según la circunstancia.
Mientras vives en su umbría tu existencia física parece inmaculada, tu apariencia es tan nívea que resulta ejemplar.
Pero tu vida huele mal, nadie parece notarlo
Pero apestas…
Campa a tus anchas en tu negrura, miente y revuélcate en ella, grita fuerte hasta que el cuento se torne en una verdad forzosa.
Y es que tu vida huele mal, nadie parece notarlo, pero apestas…
Llevas tanto tiempo siendo borroso que no eres capaz de aclarar tus hazañas.
Si un día te atrevieses a buscar en tu crónica de sucesos serías capaz de aceptar tus falacias.
Encontrarías el detergente para lavar tu subsistencia y así tal vez vieses claro que tu vida huele mal, nadie parece notarlo, pero apestas…