San valiente

Lobo rosa, Pantera feroz

Un corazón dentro de más corazones.

Dibuja líneas rojas que bordean, arropan los palpitares.

Sinuosos hilos colorados tejen un océano de emociones, unas compartidas, otras pespunteadas en la soledad de las ausencias tan masticadas.

Llega el día de los enamorados con un corazón de chocolate.

Un dulce que también envuelve mi latir, con el carmesí que colorea el futuro.

San Valentín, ese día la silueta de la vida se desdibujada, mientras el mundo celebraba el amor, yo despedía con todo mi amor a un amor que me acompañó siempre.

Siempre… Hoy también es siempre.

Sólo fue ese día, donde lloré y agradecí tantos significados.

Ahora no hay dolor, hay paz y aprendizaje.

Tejen mi centro miles de hebras coloradas, que perfilan mi pasado y mi presente.

El futuro me espera, cuando llegue será hoy.

Tú risa

Pantera feroz

Tú risa ya no fue nada, se desdibujaba en mis sentidos.

Llámalo disimulo, conveniencia, desamor

Los pequeños detalles rompieron eso invisible que podía haber sido especial.

¿Se repara lo dañado con amor?

¿Qué amor?

Tú risa me parece disfrazada, cada vez me va a importar menos, porque soy experta en sacar de mi lo que sobra.

Pero todavía no, aún tengo mucho que ganar y mientras gano te pierdo en mí, el dolor se irá convirtiendo en indiferencia y el carnaval será más liviano.

Tú sonrisa será la mueca del payaso, esa que no veré porque me iré sin mirar atrás.

Cuando el cielo no espera

Pantera feroz

Todo acaba ocurriendo de una forma similar.

Mucha información que se desordena en la cabeza, provoca ansiedad, desazón, inquietud.

Después rabia, pena, tiempos de espera, esperanza, pensamientos positivos, más espera…

Luego de nuevo el tormento, la desesperación, la angustia pues vuelvo a sentir la pérdida.

Se van ilusiones, parece que se escapa el pasado por un túnel de una sola dirección, quizás sea el que tiene una luz al fondo…

Otra vez tormenta, otra vez me pierdo en el llanto, pero contigo, escuchando tu voz, me quedo en tus pausas y todo está decidido.

Ahí viene la calma, con tus lágrimas y las mías, con te quiero s con el alma, me sosiega saber que te vas sabiéndote querido.

Mañana habrá otro adiós y así hasta el cielo.

Espérame allí.

Txindoki

Pantera feroz

Te veo todos los días, me gusta mirarte…
Acaba de caerte un rayo, tal vez hayas temblado como cuando nos pellizca el miedo.
El cielo avisa de agua y como parte de la tierra, admites la adversidad, tomaras lo que te aporte, dejarás pasar el tiempo, todo el tiempo, para seguir siendo quién eres, con las modificaciones que tengan que ocurrir, igual de perfecto, igual que siempre te vi, Txindoki.

No hay prisa

Pantera feroz, Recuerdos

Donde el tiempo escoge a su antojo la rapidez y la lentitud
nosotros deberíamos elegir la calma para tomarnos los minutos y ponerles un ritmo
no para sentirlos más intensamente, ni para dejarnos llevar por la prisa, si no tan solo para vivirlos y sentir que se están viviendo…
porque cúando pasa el tiempo, todos esos minutos vividos, son recuerdos…
si nos hemos quedado mucho tiempo en un momento de dolor, el recuerdo se convierte en tortura
si los hemos querido vivir muy intensamente, pasan a ser idílicos
Nada es tan bueno, ni es tan malo
Yo me quedo con los minutos vividos de toda mi vida, donde me he precipitado o me he quedado sufriendo demasiado rato…
He experimentado el cambio en el aprendizaje (y lo que me queda…) de que todo pasa por algo y sirve para mucho
El tiempo no es oro, es vida…
pero también hay otra vida y otro tiempo….

Bien venido el invierno

Pantera feroz

Se acerca.

Noto la temperatura de otra manera, casi más intensamente, hay una sinergia entre lo que siento y el frio.

De repente me hace tiritar, me obliga a cubrirme, sólo es un síntoma, me tengo que acostumbrar que ahora será así, nada es diferente salvo que uno sé transforma, todo permanece en su lugar, los demás hacemos una metamorfosis mental y física.

No me resisto a ello, me da frío, si, pero me entrego a esta alternancia, pues no es ni más ni menos que una reorganización.

Sin más quería decirte…

Pantera feroz

Una palabra puede serlo todo…

Tu palabra dentro de una frase me llevó a imaginar un mundo perfecto, esa misma en otro texto, con diferente tono, enterró las ilusiones construidas.

Jugué a las letras desordenadas para formar una palabra que le diese una tregua a mi mente cansada… y me salió «pandero»

Reí al recordar su significado, si, así me sentí como un pandero, usado por alguien que al golpearlo sentía placer al escuchar mis lamentos.

Recurro al dolor sentido para reconocer que las palabras no dañan, si no que hiere la intención que se ponen en ellas y el contexto en el que las coloquen.

Cabalgando

Pantera feroz

Cuánto me mintieron los poemas de amor, las frases románticas tejían un sueño que nunca se realizaba.

Me perdía en versos escritos para mí, me brillaron los ojos si, no menos que cuando estuvo tan dentro de mi boca, la arcada sonaba menos romántica de lo imaginado, pero me gustó más.

La dulzura se resbalaba entre mis muslos, un dulce diferente a lo sospechado pero igual de deleitable.

No se rompió mi corazón, se hizo elástico y flexible como mis abductores, hubo una distensión en mi cerebro para poder dejar de dar importancia a lo infantil, el equilibrio entre lo soñado y lo vivido estaba en el placer que ambos me habían proporcionado.

Disfrutar en libertad de los caprichos carnales, atragantarme con la pasión,  la fuerza.

Que suene, que se oiga, que huela a vida.