Podría sonar abatida por como escribo el texto, pero no.
No hay dolor en mis lágrimas que resvalan al colgar el teléfono
Las ganas de vivir empiezan en esa voz que escuché desde siempre, esa palabra de arrullo que me dormía a las noches…
Ahora herido, pero entero, dañado, guerrero de apenas carne, con piel de acero
Mi jilguero con guitarra, mí Quijote y sus voladuras, mi pequeño hermano mayor
Hoy te veo fuerte, dando pasos firmes en tu cuerda floja.
Ojalá podamos cantar un blus…¿Te acuerdas?
Como antes, antes de saber que amaba ese sonido que me enseñaste tu…