No está escrito en los libros el como se acerca la parte invisible de ti a la invisibilidad de la mia.
No reconocemos los ojos que nunca se miraron, ni vemos el cordel que compone una red infinita, que enlaza pensamientos y vidas.
Preguntas siempre sin respuestas y contestaciones que se integran sin requerir palabras, pues replica una emoción recíproca.
Hoy celebro tu vida con la palabra, herramienta que nos unió.
Hoy Coso más allá del cordel que nos une, ahora nos abrigamos a la Clara sombra japonesa del Pilar dónde descubrimos la conexión sin cables y la luz de lo incorpóreo.