
Un día como hoy se vestían de fiesta, cada cual estrenando algo, todos los años se reunían para disfrutar de una cena y un baile.
Se llevaban un trozo de tradición daba igual a que restaurante y soltaban sus vivas a la virgen.
Siempre volvían contando cuanto habían disfrutado, lo que se habían reído.
Mi madre contaba con mucho cariño, como todos esperaban el momento en el que tío Antonio ( el de Felicita) cantase «el vino amargo» y recordaba los chistes de tío Leandro, las fantasías de tío Macario, las anécdotas de tío Servando con tío Antonio y tío Leandro ( que tenían que ser buenos piezas de jóvenes).
Me decía lo que se reían tía Rosa, tía Toñi y ella, lo que bailaba la tía Toñi (de Macarito).
Hay muchas cosas que he olvidado, por eso escribo esto, y porque quiero hacer un pequeño homenaje a mi familia, tan grande, tan de verdad.
Forman parte de mi inevitablemente, pero asumo y sumo a mi origen, la emoción tan bonita que despierta en mi sentirme parte de ellos, me hace estar cerca de mis raíces.
Me siento orgullosa y por ellos grito: viva la Purísima!!