La luna apareció temprano, casi me había acostumbrado a la penumbra
Pero ella iluminó la calle para dar mayor intensidad a las sombras.
Era una noche de arte extraño, de formas difusas adornando paredes hasta entonces vacías.
A mi me acompañaban el alcohol y el humo…
Me quedé quieta, la bombilla de la farola estaba rota, dejaba que la luz natural de la noche pintase de magia ese momento.
Pensé: » Tu me sonreíste hace muy poco tiempo, pero concebí una sonrisa distinta»
Ahí perdí mi fuerza…
Medí la distancia de la luna a mi cara, era la misma sensación a veces contigo
tan cerca y tan distante…
Ella llena y yo llenándome de frío!!