De madrugada, llena de una noche con vacíos irrellenables, no hay conversación que sustituya tu ausencia, me.. duermo con caricias recordadas por mis dedos y me derramo pensando en besos… tus besos.
Respiré tu presencia entre litronas y adolescentes, yo, tan distinta a ellos, pero con su misma efervescencia. Se transparentaban las intenciones en los encuentros de nuestras miradas. Caricias fugaces que tocaban algo mas que piel y ponían los pelos del alma de gallina, en cada dedo posado, baile de sentidos al ritmo de corazones acelerados.
Gotas de sudor del recuerdo que calentaba aún más el ambiente… Si, fue un regalo la noche.
Me gustaría tenerte enfrente de espaldas a mi, jugar con tu pelo, besarte la nuca, dibujar con mis dedos en tu espalda, regalarte caricias sin sexo, solo ternura hasta caer dormidos, despertar enredada en ti.
En mis pausas o silencios quería decirte que te quiero en mis brazos, te extraño entre mis piernas, que necesito tus ojos clavados en los míos….
Con tu permiso: … No te buscaba, pero te encontré a la orilla de mis sentimientos, todos dejados al ir y venir del tiempo…. llegaste tú, sin darte cuenta los recogiste y me los mostraste, hoy los estoy colocando con calma en su lugar, en mi corazón, donde TU tienes tu sitio.
No quiero olvidarte, te echo de menos…