Hay veces que queriendo defender una postura se olvida lo aprendido y lo vivido hasta ese momento, toman importancia detalles que antes pasabas por alto y hoy por alguna razón es importante lo que hacen sentir, pensando con calma sin dejarse llevar demasiado por la emoción, calculas donde duele, donde pica, donde reconforta, no es fácil controlar, el ego aparece y es un gran pulso el que echa , que no es ni malo ni bueno, es parte de mi.
Sé que ser feliz no es tener una vida perfecta, que a veces las lágrimas te abren puertas hacía dentro, tendré la madurez de asumir que me equivoqué y la valentía de decir perdóname
