Todo acaba ocurriendo de una forma similar.
Mucha información que se desordena en la cabeza, provoca ansiedad, desazón, inquietud.
Después rabia, pena, tiempos de espera, esperanza, pensamientos positivos, más espera…
Luego de nuevo el tormento, la desesperación, la angustia pues vuelvo a sentir la pérdida.
Se van ilusiones, parece que se escapa el pasado por un túnel de una sola dirección, quizás sea el que tiene una luz al fondo…
Otra vez tormenta, otra vez me pierdo en el llanto, pero contigo, escuchando tu voz, me quedo en tus pausas y todo está decidido.
Ahí viene la calma, con tus lágrimas y las mías, con te quiero s con el alma, me sosiega saber que te vas sabiéndote querido.
Mañana habrá otro adiós y así hasta el cielo.
Espérame allí.